Cuando en Puerto Rico decimos que una persona “es un
limón” nos referimos a alguien cuyo
humor es tan ácido como el agrio de un limón verde (Citrus aurantifolia),
de ése que llamamos en Puerto Rico
‘limón chiquito’ o ‘criollo’ y en inglés lime or key lime para
distinguirlo del limón ‘amarillo’(Citrus lemon). Y nada más preciso,
pues un limón verde contiene sólo un
0.8% de su peso en azúcar, sustancia esta por siempre asociada con la alegría y
las delicias de la vida.[1]
Las bondades del
limón verde
Asperezas de carácter aparte, un limón verde
tiene otras muchas cualidades. Su jugo y su gajo se usan como inhibidores
bacterianos y como fortificantes de vitamina C. Por eso la historia cuenta que con limón verde
fue que el médico James Lind (1716-1794) descubrió la cura del escorbuto,
que atacaba de ordinario a los marinos
británicos que patrullaban el Canal de la Mancha [2].
Sabido es que 100 gramos de porción comestible de limón contienen alrededor de
50 miligramos de vitamina C.
En términos culinarios su jugo se
utiliza como condimento de carnes y como aliño de ensaladas y frutas. Igual se
utiliza para matizar cócteles y preparar bebidas. Sus semillas, además, son excelentes vectores de pectina
cuando entran en contacto con agua. Por eso se utilizan para gelificar
mermeladas. De su cáscara también se extrae esencia de limón para aromatizar
tortas y bizcochos.
El limón verde concentra un 8% de su peso en ácido cítrico. Esa
acritud le viene de terpenos que producen aromas y sabores característicos del
pino. [3]
Su origen y dispersión
Los expertos consideran que el
arbusto del limón- tanto verde como amarillo- es originario de una región muy
amplia que se extiende desde el sur de China –donde se cultivaba hacia el año
1900 a.C.-, pasando por el norte de la India y extendiéndose desde el sureste
Asiático hasta el Archipiélago Malayo. En
la Edad Media fueron introducidos a Europa por mercaderes árabes quienes los
llevaron al Mediterráneo. De aquí se dispersó inicialmente en Grecia, y luego por
el sur de la península Italiana y Sicilia, hasta llegar a Al-Andaluz en el
siglo VII. De ahí los españoles lo trajeron a América a principios de la
conquista del Caribe. [4]
El limón verde en las crónicas y
los tratados botánicos
Las primeras crónicas de la
conquista española de América destacan el temprano arribo de árboles frutales
cítricos, entre ellos el limón verde, que posiblemente llegó al Caribe desde
Andalucía entre 1494 y 1500. Sobre esto, un cronista destacó que se
adaptaron fácilmente al clima de las Antillas y que había “ muchos limones, é limas, é muchos cidros (Citrus médica),
y de todo esto que es dicho mucha cantidad, y muy bueno todo; y tal, que no le
hace ventaja el [de]Andalucía en todos estos agro [agrios] é géneros…”[5]
Hacia el último cuarto del siglo XVI, el
limón verde se había naturalizado y diseminado por la isla de tal forma que se le
agrupó entre los críticos que se daban “en mucha cantidad” junto a los
naranjos, las toronjas y las cidras[6]. Su diseminación continuó de forma silvestre
por el paisaje, así como también sembrado en
pequeñas talas y estancias rurales, como en 1644 escribiera el obispo
Fran Damián López de Haro. Para este momento, según el obispo, “de los limones
pequeños se sirven ordinariamente las mesas” [7].
Más adelante, entre el siglo XVIII
y principios del siglo XX, los naturalistas y botánicos que hicieron estudios
sobre la flora puertorriqueña destacaron la excelente calidad del limón criollo.
Incluso los botánicos Oratio F. Cook y N. G. Collins consideraron en 1903 que
su calidad era tal que podía explorarse su siembra comercial para exportación.
Así, en un informe presentado al Herbario Nacional de los Estados Unidos, los
científicos informaron que “[the] limes of Porto Rico seem to be quite normal
and of good quality. The lime
endures shipment well if properly packed, and as the quality of the Porto Rican fruit is good it is
perhaps the most eligible fruit with which to open a trade.” [8]
El limón
verde en la cocina escrita antigua
En los
recetarios caribeños del siglo XIX[9], el zumo de
limón verde se utiliza ordinariamente para ‘lavar’ los alimentos. Incluso para
los plátanos fritos se sugiere utilizarlo para frotar la cáscara antes de
mondarlos. También se utiliza en platos a
base de pescado y mariscos, y se emplea su cascara como aromatizante de
masas hojaldradas y roscas, así como para infusionar leches para arroces
húmedos y postres.
Al principiar el siglo XX, en The Porto
Rican Cook Book, el limón verde es personaje principal en numerosos
pasteles y cremas para rellenar bizcochos. Y vale la pena destacar, además, que
en The Puerto Rican Cookbook de 1948, que es el primer recetario en el
que aparecen cócteles (42 en total), el limón verde se utiliza en un sin número
de combinaciones. La más notable es el Lemon Cordial, hecho a base de
limones verdes pelados y macerados en brandy francés por 24 horas, líquido
que luego se colaba y se le añadía gotitas de limón y leche caliente. De aquí
pasaba y otra vez a maceración durante un día [10]
Producción
puertorriqueña
En términos históricos, la producción local de limón verde aparece siempre superada por la de las chinas. Pero sus cifras, vis a vis las cifras de hoy, no son nada desdeñables. Hacia 1950 por ejemplo, se cosechaban alrededor de 5.4 millones de unidades para el mercado local, correspondiendo al municipio de Trujillo Alto la mayor producción, que marcó una cosecha bruta de 340 mil unidades.[11] Hacia 1998 se calculaba la producción local en 716 mil libras.[12] Para el 2016, Departamento de Agricultura registraba al barrio Jauca, en Santa Isabel, como el de mayor producción de limón verde, con 333 mil unidades.[13]
Variedades más cultivadas
En Puerto Rico se producen, de limones y
limas, alrededor de 11 variedades. Pero las más cultivadas para el mercado de
consumo pertenecen al Citrus aurantifolia, es decir, al limón verde.[14]
En este ramo los preferidos por los agricultores son el llamado limón criollo,
que popularmente se le apoda ‘chiquito’;
y el llamado limón Tahití.
Los arbustos del primero prosperan
en alturas moderadas, pero son más fructíferos en zonas costeras, lo que
explica por qué Santa Isabel es la zona de mayor producción. De igual forma, su
tamaño es pequeño -de ahí ‘chiquito’-; el color de la piel es de un verde vivo
intenso, es bien jugoso, y contiene muchas semillas. Los agricultores recomiendan que no se deje
madurar hasta que se ponga amarillo, pues la carne pierde su característica
acidez y su sabor se corrompe [15].
El limón Tahití es al más
cultivado en Puerto Rico. Aunque el arbusto es de crecimiento moderado, es el
de mayor producción de ejemplares, y
aunque la mayor producción es entre primavera y los primeros meses del
verano, el arbusto fructifica todo el
año. Además, tiene la cualidad de adaptarse bien a las zonas bajas, intermedias y altas. La
hoja del Tahití tiene un atrayente olor a limón, por lo que se utiliza
mucho para infusiones y para los
llamados ‘remedios caseros’.
Hoy en día se va insertando en el mercado puertorriqueño el limón Meyer (Citrus meyeri), posiblemente un híbrido entre el limón amarillo y la china mandarina.[16] De cáscara fina, ella presenta un color verde oscuro en su estado temprano de maduración, pero luego se torna amarilla. La pulpa es más bien de color verde sereno, y contiene muchísimo jugo. Su época de mayor cosecha en la isla ocurre entre los meses de noviembre a marzo [17].
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[1] Sydney W. Mintz, “Sweetnes
and Meaning”; en: Caroline Korsmayer ed., The Taste Culture Reader:
Experiencing Food and Drink, Londres, Berg, 2005, 421 pp. pp. 110-122.
[2] C. Milton Rizzi, “Historia
del escorbuto”; en: Revista de la Federación Argentina de Sociedades de
Otorrinolaringología, año 17, núm
2, 2010, pp. 52- 58, p. 53.
[3] Harold McGee, Food and Cooking: An
Encyclopedia of Kitchen Science, History an Culture, Londres, Hodder and
Stoughton, 2004, 883 pp. pp. 375-376.
[4] Keneth F. Kiple y Kriemhild Coneè Ornelas y The Cambridge World History of Food, Cambridge University Press, 2000, II vols. vol. I, pp.1800-1802. También, J. G. Vaughan y G. A. Geissler, The New Oxford Book on Food Plants, Oxford, Oxford University Press, ed. de 2009, 249 pp. p. 96
[5] Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia General y Natural de las Indias (ed. de José Amador de los Ríos) Madrid, Real Academia de Historia, 1851, Primera Parte, Libro VIII, capítulo I, p. 288.
[6] Johan Melgarejo, “Memoria y Descripción de la Isla de Puerto Rico mandada a hacer por Su Majestad el Rey Don Felipe II en 1582”; en: Eugenio Fernández Méndez, Crónicas de Puerto Rico: 1493-1955, Publicaciones Gaviota, 2007, 694 pp. p. 124.
[7] “Carta del Obispo de Puerto Rico don Fray Damián López de Haro a Juan Diez de la Calle, 1644”; en: Fernández Méndez, op.cit., p. 165.
[8] Oratio F Cook y N. G. Collins, The Economic Plants of Puerto Rico, Washington DC., Contributions to the United States National Herbarium, vol. VIII, parte 2, 1903, 269 pp. p.117.
[9] Me refiero al Manual del cocinero cubano de Eugenio de Coloma y Garcés (La Habana, Imprenta de Spencer y Cía,1856); a la anónima copia editada de éste, que salió en Puerto Rico bajo el título El cocinero puertorriqueño (San Juan, Imprenta de José Julián Acosta, 1859); y al Nuevo Manual del cocinero cubano y español de J.P.Legrán, (La Habana, Imprenta La Fortuna, 1864).
[10] Elizabeth B. Dooley The Puerto Rican Cookbook, Virginia, The Dietz Press Inc., 1948, 175 pp. p. 112.
[11] United States Department of Commerce, US
Census of Agriculture: Territories and Posessions, 1950, vol. I, parte 34.
p. 233.
[12] United
States Department of Agriculture, 1998 Census of Agriculture : Puerto
Rico, vol. I, parte 52, p. 11.
[13] Departamento
de Agricultura de Puerto Rico, https://caribbeanclimatehub.org/estadisticasagricolas/. Consultado en octubre
11 de 2021.
[14] Véase
José L Zamora Echevarría, “Limas y limones comerciales en Puerto Rico”; en: El
frutal, Servicio de Extensión Agrícola, Colegio de Ciencias Agrícolas,
Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, vol. 6 , núm 2, 2020, pp.1-3 Quizás
su cultivo no se ha propagado tanto debido a que es muy susceptible a plagas.
[15] Ibíd.
[16] Véase,
“Meyer Lemon Fact Sheet”; en: Citrus
ID, United States Department of Agriculture y North Carolina State
University, edición núm. 2, octubre de 2011.
[17] Zamora, op. cit.
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